sábado, 17 de agosto de 2013

Dios nuestro señor

 
I
Ayúdame, Padre, y condúceme a Tus pastos del descanso, donde corre el agua eterna y pura. Sé mi Luz, para mostrarme el Camino. Contigo, a Tu lado, caminaré. Contigo, iluminándome, hablaré. Padre Bien Amado, permanece dentro de mí, para tener Paz, para sentir Tu Amor. Te seguiré en Tus Huellas, Contigo permaneceré. Ilumíname, ámame, quédate conmigo ahora y por siempre. Amén.
 
II
Oh Padre Santo, por medio de Tu Poder y de Tu Misericordia, yo Te imploro, reúne a todas Tus ovejas, perdónalas, y haz que regresen a Tu Casa Amada. Míralas como a Tus hijas, y bendícelas con Tu Mano. Amén.
III
Dios Mío, Te amo. Fue por la abundancia de Tu Amor y de Tu Misericordia por lo que Me has mostrado Tu Luz. Bendito sea Tu Santo Nombre. Amén.
 
IV
Bendito sea el Señor, Dios Omnipotente, que Su Reino reine en Eterna Gloria, que Su Santo Nombre sea glorificado, que Su Palabra penetre y permanezca en todos los corazones. Amén.
 
V
Padre Mío, condúceme a donde Tu Voluntad desee que yo vaya, permíteme vivir en Tu Luz y calentar mi corazón, para que brille dando calor a aquellos que se acerquen a mí. Bendito sea Tu Nombre, por darme todas estas Gracias, a pesar de mi nada. Bendito sea Tu Nombre por el Bien que Tú me has hecho y la Misericordia que me has mostrado elevándome cerca de Tu Corazón. Amén.
 
VI
Padre amado, purifícame con la Sangre de Tu Hijo. Padre, purifícame con el Cuerpo de Tu Hijo. Padre amado, aleja al espíritu maligno que, ahora, me está tentando. Amén.
 
VII
Oh Padre, cumple lo que debe ser cumplido. Que Tus Palabras penetren, bendigan y purifiquen los corazones de Tus hijos. Padre, haz como Tu Corazón desea y que se haga Tu Voluntad. Amén.
 
VIII
Oh, Padre Celestial, Padre de Amor, Ven a nosotros, librándonos del mal. Padre, ámanos y permítenos morar en Tu Luz. Haz cómo Tu Corazón desee. Que Tu Nombre sea Glorificado. Amén.
 
IX
Padre, vengo a Ti, para pedirte que ilumines a Tus ovejas. Ilumínalas para que reencuentren la Paz y el Amor, en la unidad. Amén.
 
X
Padre Celestial que Yo pueda glorificarte; redime a Tus hijos del mal, que ellos estén en Tu Luz; que sus corazones se abran y que, por Tu Misericordia, Te reciban. Amén
 
XI
Oh Padre, permanece conmigo hasta el fin; Yo soy débil, dame Tu Fuerza, para glorificarte. Amén.
 
XII
Padre de Misericordia, une a Tus ovejas, reúnelas de nuevo. Haz que comprendan su aridez, perdónalas, moldéalas como Tú deseas que sean, recuérdales Tus Caminos. Que se dé toda la Gloria a Tu Santo Nombre por siempre y para siempre. Amén.
 
XIII
Padre Eterno, que Tu Nombre sea santificado. Conocerte a Ti es Vida eterna, conocerte a Ti es conocer la Verdad. Padre de toda Sabiduría, santifícame con Tu Santo Espíritu para que desde mi corazón pronuncie palabras llenas de sabiduría. Único y Perfecto, fuente del Amor Sublime, Tu Majestad, embelesa mi corazón para alabarte noche y día. Fuente de Mirra y Áloe, perfuma mi pobre alma con Tu delicada fragancia para que cuando me encuentre con Mi Rey e Hijo Tuyo Bien Amado, Él no aparte de mí Sus Ojos. Conocerte a Ti es estar en Tu Luz, esta Luz que me enseñará el Camino, y me llevará sobre las Pisadas de Tu Hijo Bien Amado. Pozo de Agua Viva, ven, ven, ven y sumerge a Tu hija en Tu Corriente que fluye profusamente de Tu Santuario. ¡Oh, Dios! ¡Te amo hasta las lágrimas! Haz que mi alma miserable desee todo lo que es Santo. Haz que mi alma guste Tu Ternura. Yahvé, Tú eres mi Dios, yo alabo Tu Nombre, pues Te has dignado mirar mi pobre alma y la has llenado con el brillo de Tu Gloria. Mi corazón ahora Te canta a Ti, Padre. Mi espíritu se regocija en Tu Espíritu. Oh Dios, Padre mío, haz que mi alma sucumba en Tus Brazos Amorosos fijando Tu Sello en mi corazón para que mi amor por Ti sea más fuerte que la Muerte misma. Amén."


Niño Doctorcito de Tepeaca, Puebla



Postrado ante ti Santo Niño Doctor de los Enfermos, te pido un remedio espiritual para los males de mi cuerpo y de mi alma, si es del agrado de tu Divina Voluntad... Manda un rayo de luz a mi desfallecido espíritu, para examinar mi pasada vida, y saborear, lleno de júbilo, la alegría que experimenta el corazón arrepentido. Líbrame Santo Niño, de todas las enfermedades, de las calumnias, falsos testimonios, muerte repentina y de vivir en pecado mortal, y enciende en mi corazón el Sagrado fuego de tu amor, a tu Santísima Madre, y a su virginal esposo San José. Amén